31 diciembre 2019

VIAJAR EN AVIÓN





Subirse a un avión puede ser una experiencia emocionante para muchos y a la vez aterradora para otros. 

Más allá de considerar al avión como un mero medio de transporte, viajar dentro de este impresionante vehículo incita a tener pensamientos diferentes a los habituales, pues en las alturas las ideas fluyen desde otra perspectiva.

Los problemas se minimizan contemplando al mundo por una pequeña ventana, adquiriendo conciencia desde arriba de lo insignificantes que somos. Es en ese momento en el que realmente te das cuenta del tiempo que le dedicamos a tantas cosas absurdas y que realmente no son tan importantes. En el aire los problemas casi se desvanecen dejándolos atrás al volar.

Este año mi contemplación desde el cielo ha sido diferente dentro de un avión. Al mirar la belleza de las nuves y sus inumerables texturas, por primera vez lo he percibido como un lugar de paz y tranquilidad, donde pensar y buscar con nostalgia a los seres queridos que ya no están. 


"Volamos al lado pero no en el mismo vuelo.
Compañeros de viaje pero cada uno en su cielo.
Que mi vuelo no entorpezca tu vuelo.
Que tu vuelo no oscurezca mi cielo"

(en memoria de mi padre)



23 agosto 2017

LISBOA

Desde hace años había escuchado muchos elogios sobre Lisboa aunque también otras personas la describen como una ciudad sucia y antigua. Es por ello que este año decidí visitarla y vivir mi propia experiencia.

La capital de Portugal se la conoce como la ciudad de las Siete Colinas dado que los principales barrios están distribuidos entre diferentes montañas. 

Los más emblemáticos como Chiado, Baixa, Alto y Alfama son quizás los más concurridos y curiosos de visitar por sus calles empinadas y pavimentadas con adoquines relucientes. Por estos barrios circulan tranvías y funiculares que son una atracción en sí mismos.

Afortunadamente la ciudad sigue manteniendo ese encanto genuino de las ciudades en las que parece que el tiempo se ha detenido. Por suerte aún conserva la estructura y arquitectura de sus calles y edificios original así como un diseño "retro-cutre" de sus tiendas, cafeterías y restaurantes.

Es por eso que si buscas una ciudad moderna, amplia y con un cierto refinamiento seguro que Lisboa no te va a gustar, porque precisamente es todo lo contrario ya que en muchas de sus calles te dará la sensación de estar en un pueblo. 




Me llevo un buen recuerdo de esta legítima ciudad a la que sin duda volvería a visitar, para seguir descubriendo nuevos rincones, escaleras inclinadas y callejuelas que te transportan a nuevos mundos. 


Mi recomendación

- Si visitas la ciudad en temporada alta te aconsejo madrugar para evitar las largas colas que se generan en casi todos los lugares de interés.

- Si te gusta la cultura y la historia puedes visitar de forma gratuita tanto planta baja de la Fundación José Saramago como también la Casa Do Alentejo.

- Si quieres escuchar fado, los barrios en los que cada noche se escuchan son Alto y Alfama con un ambiente nocturno muy agradable y seguro. Uno de los lugares más emblemáticos es A Tasca do Chico, donde suelen cantar los mejores fadistas. Puedes tomarte una cerveza y escuchar buena música sin tener que cenar.

- Subir al Tranvía 28 sobre las 8.30h de la mañana para poder recorrer toda la ciudad.




- Llevar calzado cómodo y con agarre ya que todas las calles son de adoquines rebaladizos.

- Para moverte por la ciudad, si  no quieres caminar puedes comprar por 0,50€ la targeta Las siete colinas y Viva Viagem, en cualquier parada de metro e ir recargándola en función de tu uso. 

- Tomar un taxi desde al aeropuerto hasta el centro de la ciudad puede costar entre 12€ a 15€ y son totalmente fiables. También puedes llegar a través con el metro sin problemas ya que el recorrido es corto y muy sencillo.

- Si quieres estar alojado en un lugar muy céntrico y a la vez tranquilo, recomiendo Pensao Estacao Central Lisboa.

- Visitar la ciudad en 3 días (1 y 2 días: Alfama, Chiado, Barrio Alto, Baixa; y 3 día Belem (se llega con el Tranvía 15 y Parque de las Naciones, se llega con el metro, parada Campo de las Naciones).

- Si dispones de más tiempo, puedes visitar en un día Cascais (Cabo da Costa) y Sintra (Palacio Da Pena). Se puede acceder en tren/bus pero si quieres ahorrar tiempo puedes hacerlo a través de un minibus organizado con Guia Nomada Lisboa.






- NO te recomiendo subir al Elevador de Santa Justa (ascensor de 3 pisos), ya que cuesta 5€ por un corto trayecto y además hacer cola. Desde la parte de arriba puedes acceder a la pasarela del elevador y hacer fotos panorámicas de la ciudad desde allí. 

- Como souvenir puedes comprar una lata de sardinas en la tienda (o casi un circo) O mundo Fantastico da Sardinha Portuguesa, donde encontrarás latas numeradas de 1916 hasta la actualidad con una noticias del año en cuestión.





- Si te gustan los dulces la ciudad está repleta de pastelerías en las que se hace imposible elegir por su gran variedad. 













El postre más buscado y quizás el más famosos son los pasteles de Belem. Te recomiendo que los pruebes en la pastelería originaria Pasteis de Belem (Rua de Belem 84 a 92 - Belem).




- No te vayas de Lisboa sin probar la Ginghina, un licor de cereza que en muchos lugares sirben en vasitos de chocolate que te comes al beberte el licor. Ni tampoco sin probar los pastéis du bacalhau acompañados por un buen vino portugués.



"Bien podría ser que Lisboa, contrario de lo que parecía, no fuera ciudad, sino mujer, y la perdición solo amorosa, si el restrictivo adverbio tiene cabida aquí, si no es ésa la única y feliz perdición"


José Saramago

28 diciembre 2016

EL SILENCIO

"Nunca rompas el silencio si no es para mejorarlo", dijo una vez el genio Ludwing van Beethoven. 

La palabra silencio tiene múltiples interpretaciones y aunque por definición la conocemos como ausencia de sonido o también el estar callado, su significado es versátil dependiendo de la persona y de las circunstancias.

El silencio conlleva muchas veces a una dualidad de formas ya que en ocasiones se puede escuchar, sentir, escribir e incluso percibir en una mirada.

Existe por ejemplo el silencio interior que se crea en uno mismo cuando la persona consigue liberarse de sus gustos y emociones, el silencio proveniente de la naturaleza que se aprecia atrapando el propio silencio en nuestro oído o también el silencio que sirve para callar una intencionalidad.

En mis viajes he descubierto que a veces es preciso perderse para empezar a escuchar y es precisamente en esos momentos en los que he experimentado dos tipos de silencio, el silencio de asombro y el silencio de vacío.


El primero se trata de aquel silencio que fluye en nuestro interior de manera espontánea al contemplar paisajes espectaculares o lugares ansiados por ver.

El silencio de asombro se crea de manera simultánea en el momento que aparece por primera vez ese lugar frente a ti.

Recuerdo por ejemplo la primera vez que divisé, mientras navegaba sobre la cubierta de un peculiar barco de madera, los más de tres mil islotes situados en las aguas de la Bahía de Halong en Vietnam. La niebla se apoderaba del emplazamiento y de repente los islotes surgieron del mar como una aparición mágica. Fue entonces cuando los ocho viajeros que íbamos en el barco quedamos perplejos y mudos durante largos minutos devorando sin cesar con nuestras miradas aquel sorprendente paisaje.

El segundo silencio de vacío es el que posee de manera innata el lugar por su propia naturaleza.

Cuando visitas un lugar así de repente te detienes unos instantes para  darte cuenta sorprendentemente de no escuchar absolutamente nada y la sensación de vacío se hace incluso agradable por momentos.


Silencios así recuerdo los vividos en el desierto de Perú rodeada por un mar de arena, el silencio en la oscuridad de la isla Amantaní del lago Titi-Caca acompañada por un deslumbrante cielo estrellado o el silencio creado en mitad del pacífico sobre una lancha mientras esperábamos la salida a la superficie de una ballena jorobada.

En el mundo moderno en el que vivimos el ruido y los sonidos se han convertido en nuestros compañeros habituales, por eso hemos de saber buscar el silencio en el propio ruido, penetrar en él y saber disfrutarlo. De esta manera aprenderemos a valorar el significado del silencio en nuestra escucha interna y externa para apreciar lo que tantas veces pasa desapercibido. 

"Para toda clase de males hay dos remedios; el tiempo y el silencio" (Alejandro Dumas)

LOVE Casa Batlló

01 febrero 2015

LAS PERSONAS

Hace escasas semanas charlando con una persona viajera como yo, me hizo la bonita reflexión afirmando que los lugares los forman las personas y cuanta razón tiene. 

Cuando llevas recorridos miles de kilómetros a tus espaladas y has visto ciudades, edificios y "piedras" de todo tipo, es cada vez más difícil que un lugar te impresione tanto como la primera vez, pero también es cierto que cada localidad tiene un encanto especial y siempre hay imágenes espectaculares que quedarán grabadas como un tatuaje en el corazón. 

Cómo olvidar la primera visión de los templos de Angkor en Camboya, la vista panorámica de Machu Picchu, las preciosas cascadas de las selvas del Caribe en Costa Rica, los pueblos costeros de los lagos italianos como Menaggio, las montañas tropicales del norte de Vietnam en Sapa y tantos miles de lugares mágicos repartidos por todo el mundo.

Pero es cierto que una vez has visto ciertas ciudades o paisajes, en ocasiones ya no tienes la necesidad de volverlos a visitar y siempre quedan las fotografías para rescatar sus recuerdos. Sin embargo hay personas que has conocido o conoces en muchas ciudades, a las cuales anhelas reencontrar para así volver a repetir con ellos los buenos momentos compartidos, pues al fin y al cabo las relaciones del ser humano son la esencia de nuestra vida.

Algunos de nosotros tenemos segundas o terceras familias y amigos repartidos por distintas partes del mundo y cada vez que los visitamos nos olvidamos por completo de hacer "turismo", pues queremos enriquecernos de momentos especiales disfrutando de charlas, culturas y gastronomías diferentes que nos enriquecen y aportan felicidad.

En los viajes también hay personas que conoces y con las que cruzas breves instantes de tu vida, bien porque sean viajeros como tú y el destino hace que convivas con ellos por unos instantes en algún lugar del mundo, o bien porque son gente local que vive en los lugares que visitas y que dejan una huella imborrable pues muchas veces te hacen sentir como en casa, a pesar de encontrarte a miles de kilómetros de tu hogar. 

Cómo olvidar a la gran sastre Ms. Lan de la ciudad de Hoi An en Vietnam y que aparece en la fotografía, pues se convirtió en mi segunda madre durante mi estancia en la ciudad y a pesar de su escaso inglés, cuidó de mi faringitis durante varios días con mucha dulzura. 




O al divertido grupo de españoles formado por madrileños, alicantinos y valencianos, con quienes regresamos desde Saigón después de 18 horas de espera, tiempo suficiente para entablar una bonita amistad, compartir risas y experiencias y guardar un hermoso recuerdo. (ver foto).



Y con el grupo formado por franceses, portugueses, canadienses y americanos con los que compartimos un delicioso pescado caribeño en una de las islas más recónditas del mundo en Bocas del Toro (Panamá), charlando de fútbol, moda, política y cualquier tema inesperado en sorprendente día.





Y tantas muchas personas de diferentes nacionalidades, religiones y culturas difíciles de enumerar en un sólo post, pero que han dejando un poso en mi alma, me han hecho más generosa y me han ayudado a abrir mi mente y seguir creciendo. 

A todos ellos GRACIAS!!

09 diciembre 2014

SITGES


El pueblo de Sitges, situado a escasos 38 kilómetros de Barcelona, es una joya apreciada por sus habitantes, muchos de ellos viajeros de todo el mundo cuyo destino les llevó a visitar un día esta pintoresca localidad y prendados de su belleza, luz y calidez, decidieron formar parte de ella. 



Igual de apreciado es para los ciudadanos de localidades próximas, que ansiosos de escapar de la rutina y el estrés, deciden acercarse el fin de semana para abrir una ventana de aire fresco en su rutina y renovar energía, impregnándose de la musicalidad y color de Sitges.

Esta población tiene un encanto especial y trasmite emociones nuevas cada vez que se visita. Su luz y brillo es diferente al de otras zonas costeras, pues una vez pasada la Costa del Garraf la luz se intensifica creándose una atmósfera festiva y vacacional. Por ello la cantante Lucrecia afirmó que la luz del sol de Sitges le recordaba a la de Cuba, una vivencia casi mística que muchos hemos podido constatar.

Todo ese encanto hace que Sitges reciba cientos de miles de turistas durante todo el año, dando igual el mes del año que se visite porque la ciudad está llena de vida los 365 días del año.

Posee cientos de atractivos genuinos siendo alguno de ellos la blancura de sus casas con una arquitectura fresca y limpia, la zona antigua de los alrededores del la Iglesia de San Bartolomé y Santa Tecla, sus callejuelas y edificios modernistas, el paseo marítimo y diferentes playas como la de San Sebastián, elegida por el New York Times como la mejor playa urbana , o la amplia oferta culinaria, terrazas y Beach Clubs que recuerda al ambiente ibicenco. Por todo ello ha sido denominada el Saint Tropez de Cataluña y el municipio más caro de España.



(muy recomendable)



Trasladado delante la Estación de tren - Av. Artur Carbonell
(muy recomendable: Caldereta de arroz y marisco)


Pero el verdadero encanto de Sitges radica en la libertad de sus gentes pues es reclamo del colectivo gay, familias, parejas, grupos de amigos o gente solitaria,  su amplia oferta para todo los gustos, desde relax, fiestas nocturnas, exposiciones diversas, eventos y mucho más, todo ello hace que cada visitante tenga una visión muy diferente de la población. 

Como demuestran estas dos fotografías hechas por mí en la Playa de San Sebastián y que fueron tomadas de la misma copa de vermut pero con dos enfoques distintos, lo que expresa la variedad de percepciones que el ser humano posee y que nos hace diferentes.








Mi recomendación


Si decides visitar Sitges puedes escoger el momento del año para hacerlo coincidir con uno de los tantos reclamos turísticos que ofrece.


  1. Festival Internacional de Cine de Cataluña, uno de los eventos cinematográficos más importantes de Europa que acoge cada año actores famosos internacionales.
  2. Carnaval de Sitges, unos de los más importantes de España con dos rúas en Domingo y Martes.
  3. Corpus Christi, cientos de alfombras de flores que aportan olor y color al pueblo.
  4. Fiesta Mayor de Sitges, del 20 al 25 de Agosto.
  5. Rallye Internacional de Coches de Época, se realiza en Marzo.
  6. Discoteca Pachá, la primera discoteca Pachá del mundo.
  7. Fiesta de la Vendimia y Muestra de vinos, se realiza en Octubre.
  8. Casa Bacardí, la producción de ron tiene una curiosa relación con Sitges, dado que en esta villa nació Fecundo Bacardí i Massó, que emigró a Cuba y fundó la conocida empresa licorera Bacardí.




Si te gusta la pintura te recomiendo visitar la Atelier del pintor José Luís Fuentejada, donde expone retratos realizados en la India que parecen casi fotografías sobre la vida cotidiana del país. (C/d´en Bosch 22 - Sitges).





Y mucho más por descubrir ...